La construcción se enfrenta a un incremento de los costes justo cuando la recuperación económica empieza a hacerse realidad. Un frenazo que puede afectar a la oferta de viviendas nuevas. Así lo desvela la constructora ACR en su último informe, en el que señala que los costes de la edificación residencial se han incrementado en septiembre un 13,5% interanual, un porcentaje que contrasta con la caída del 1,7% registrada justo hace un año.
El incremento se explica, sobre todo, por el encarecimiento que se está dando en el mercado de materias primas. El acero es uno de los materiales más caros, con una subida del 35% en nueve meses, lo que en la práctica provoca que el coste de la construcción de una estructura sea hoy un 28% más elevado, según ACR. A eso hay que sumar otros incrementos, como el de las cimentaciones (23,5%), la carpintería de madera (18,3%), pintura (9,5%) o vidriería (8,9%).
Lo cierto es que no solo la construcción está sufriendo el encarecimiento de las materias primas. El pronunciado repunte de la demanda se ha unido a una oferta todavía limitada por el impacto de la pandemia. En la práctica, esto está tensando la cadena de suministros en todo el mundo.
Además de las materias primas, el sector se está viendo afectado por la falta de mano de obra. Un problema que viene de lejos y que, según ACR, limitará la producción de nuevas viviendas en España este año. «Hay demanda para la compra de 140.000 viviendas al año, pero el sector solo es capaz de producir a un ritmo de entre 80.000 y 90.000 unidades al año, lo que continuará tirando al alza de los precios», explicó ayer en la presentación del informe el CEO de ACR, Michel Elizalde.
Falta de oferta
La falta de oferta en el mercado de la vivienda nueva, sobre todo en las grandes ciudades como Madrid y Barcelona, ha provocado en los últimos meses un encarecimiento pronunciado de los precios. Según las últimas cifras del INE, el precio de la vivienda nueva repuntó un 6% durante el segundo trimestre, lo que supone el incremento más alto desde finales de 2019.
Más allá del coste de la construcción, ACR presentó ayer los resultados del año pasado, cuando obtuvo un beneficio antes de impuestos (BAI) de 3,3 millones de euros, un 54% más que en 2019. Las ventas de 2020 subieron un 45,7%, hasta los 243 millones de euros, y la cartera se situó en 254 millones al cierre del año. La compañía defendió ayer que su objetivo es mantenerse en ese tamaño, en el que se sienten «muy cómodos», según Elizalde, para poder centrarse en su «apuesta por la industrialización».